miércoles, 23 de enero de 2013

Morgana. El estres en las mujeres.

Quiero compartir algo: ultimamente estoy muy estresada.

Tengo un horario laboral raro: salgo a primerísima hora de la mañana, lo que me obliga a madrugar bastante, hago un turno corto de trabajo y vuelvo a casa. Aprovecho para hacer tareas e, incluso, picar algo. Salgo de nuevo antes de la hora de comer a hacer otro turno, vuelvo a casa corriendo y hago o termino de hacer la comida. Recojo y friego. Salgo de nuevo para dar clases (impartir, no recibir; soy profe) y vuelvo cada dia a una hora distinta, ya que me adapto al horario de mis alumnos.
A esto súmale 2 mascotas enloquecedoras: una gata de 10 años y una perra de 2 meses. No solo hago las tareas propias del hogar sino que friego el suelo unas 20 veces al dia, vigilando por donde piso (por si los pises traicioneros) y oigo continuamente los "miaus" y "guaus" exigiendo atención, sazonados de algún que otro mordisco en los tobillos, un rifirrafe entre ellas, el "crash" de algo que se cae, recordando siempre salvaguardar los zapatos en el armario para que no los muerdan o poner la ropa en lugares altos para que no tiren de ella.
Añade a la ecuación otros 2 miembros de la familia que se pasan el dia entero (o casi) fuera de casa y  con los que sólo puedo hablar de noche, muy tarde, cuando mi batería vital está casi agotada. Normalmente tengo que acostarme tarde.

Esta es sólo una historia entre muchas. Cualquiera podría contar la suya y sería igual.
Una compañera de trabajo (tengo 2 trabajos) comentaba el otro dia que se levantaba a las 6 de la mañana para conducir un autobús, tenía que comer a las 11, dejaba a sus hijos con su madre y hacía un turno partido  también rarísimo, lleno de idas y venidas. Otra compañera le dijo asombrada: "caray! no paras!". Ella respondió tranquilamente: "eso no es nada, hay gente que trabaja 12 horas seguidas y hace turnos peores"
Sí señoras! es que esa es la filosofía de vida que tenemos las mujeres hoy en dia! ¿que hay que hacer la comida? ya la hago yo, que tengo una hora entre turno y turno. ¿Pasar por el súper? No problem! al salir del trabajo, me da tiempo. ¿Tengo que hacer una sustitución para ganar algo más de dinero? Para eso inventó Dios los fines de semana.... Y sin quejarse, eh?? Porque siempre hay otra que curra más!

Esta es la supuesta liberación femenina, chicas: una trampa. Hemos conquistado el mundo laboral intentando lograr independencia económica pero duplicando energía y esfuerzos para no desatender el hogar tampoco. Hacemos malabares con nuestras vidas para sentir que podemos hacerlo, que somos fuertes, que aún podemos aguantar un poco más. Toda ayuda es buena en este caso: son afortunadas las que cuentan con ayuda de su familia o de su pareja. En mi caso, mi familia no está presente asi que me ayudan en el fin de semana. En caso de la pareja....si el chico no ayuda es que no sabe (pobriño) o está ocupado (le dijo la sartén al cazo) y, si ayuda en casa, un aplauso, por favor, que él lo merece: qué partidazo, chica, no te podrás quejar, eh? Qué suerte tienes de que sepa fregar los platos! (conectad la voz irónica de vuestro cerebro).

La clave está en la aculturación: lo que consideramos normal. Aunque hemos hecho progresos en la igualdad (por lo menos ahora ellos quieren impresionarnos con su sensibilidad) las mujeres se nos sigue implantando en el cerebro el "trae, que lo hago yo". La respuesta no está en educar a los hombres para que "echen una manita" sino para que se exijan a sí mismos por lo menos tanto como nos exigimos nosotras.



lunes, 21 de enero de 2013

Circe. Panderetas de Viento

Panderetas de viento que llevan mi cabello a mezclarse con rayos de sol
Son mariposas turquesas que juegan con mi nuca
Amarillo se pintan las mimosas en mis manos
Y pavos reales juegan con mis pensamientos
Siento el agua de cristal escurrirse en mis dedos
Y con incienso verde tiño la esencia del destino
Jugando con silbatos de barro al escondite
Y miradas de satén que inspirar gemidos de mi piel
Corro al acantilado del silencio a bailar desnuda con el viento
Grito al aire para que lleve en colores de metal mis viejos lamentos
Bailo desnuda con muñecos de gengibre
Salto con cintas de color en los tobillos buscando tus miradas
Sonrío al aire discreto y ofrezco mis pechos al cielo
Siento vivir en mi los juegos de cama y seda
Plena de vida río a los ciervos que corren en mi
Saltando al río de mi piel.