sábado, 11 de octubre de 2014

Morgana. Sólo parejas, gracias.

Acabo de volver de un viaje muy interesante. Antes de ir a otro país, me prometí a mi misma que no iba a discutir de política, iba a respirar hondo y a mantener la calma, pero he tomado nota mental de algunas cosas.
Lo primero que me ha molestado es la negación del machismo.
- "En Cuba mandan las mujeres. Hay muchas mujeres que llegan a jefas y cobran incluso más que los hombres".
Bueno, sólo fastidiaría que una jefa cobre menos que un empleado, ¿no?. Además, que una mujer sea encargada de una agrupación no es lo mismo que el que llegue a ser directora en un puesto de máxima autoridad. Estoy seguro de que hay más embajadores que embajadoras.
- "Yo no soy machista porque hago la cena cuando mi mujer trabaja".
Cuando el machismo está tan interiorizado, que una mujer haga tareas domésticas se considera normal pero, si lo hace un hombre, se considera transgresor. Cuando los hombres no pidan una medalla por fregar un plato, podremos hablar de igualdad.
- "Las mujeres aquí son interesadas, hay que empezar a salir con ellas antes de que se tuerzan". Cuando a una chica la educan para pensar que si es atractiva puede salir de la pobreza, la están convirtiendo en una doble víctima: la hacen vulnerable a las críticas de la sociedad (los hombres) que preferirían que fuera más humilde (sólo así los pobres tendrían pareja) y la convierten en una víctima potencial de un hombre probablemente mayor, tal vez extranjero  y con más experiencia, quien compra su juventud y belleza con algo tan trivial como el dinero. ¿Quién sale perdiendo en esa relación?

Pero sin duda, la situación que más incómoda me hizo sentir fue cuando casi prohíben entrar en un local a mi cuñado sólo por estar soltero.
Íbamos mi marido, su hermano y yo a entrar a una discoteca que nos habían recomendado. De pronto, el portero se acerca y dice que normalmente no dejan entrar a grupos de 3, ya que esa es una discoteca para parejas. Le miramos extrañados. Nos aclaró que iban a hacer una excepción con nosotros pero que, normalmente, dejan entrar a hombres acompañados de su pareja o bien, grupos de mujeres que van a pasar una noche de chicas, de esa manera se aseguraban de que los hombres solteros no molestarían a las mujeres.
Esta idea me recordó a lo del vagón "solo para mujeres" de México o Japón, para evitar que los hombres les metan mano. Bien, ahí va mi pregunta: si en ese país las mujeres son tan poderosas, tienen tantos derechos y el machismo es cosa del pasado ¿de qué intentan protegerlas?.
Otra cosa: ¿está bien pensar que un hombre sólo porque acude solo se va portar como un depredador sexual?
Y, ¿es realmente una garantía para las mujeres solteras que un hombre vaya acompañado de otra mujer? ¿Podría darse el caso de que un hombre casado se insinúe o se acerque a una mujer soltera? Es un tipo de maltrato psicológico que podría darse. Conozco historias de mujeres que ven cómo sus maridos/novios ligan abiertamente con otra mujer y no son capaces de reaccionar por vergüenza o miedo.
En ese momento le quitamos importancia para que mi cuñado no se sintiera mal, pero me hizo sentir vergüenza.
Ahora, que nadie me diga que es algo cultural, que no lo juzgue y que es normal. El problema, precisamente, radica en la educación que todos y todas recibimos y en la normalización de las conductas dañinas. No es necesario pelear abiertamente en todos los contextos: os aseguro que yo no le chillé a nadie allí, pero quería compartir esta reflexión desde aquí. :)