sábado, 28 de marzo de 2015

Morgana y el amor romántico 2.0

Últimamente me estoy aficionando a ver Anatomía de Grey.
Esta serie es calificada como "para mujeres" y a mi, al principio, me parecía una babosada y un culebrón eterno entre operaciones quirúrgicas pero, una vez que me puse a verlo, mi radar morado de feminista captó sutilezas.
En mi opinión, es la eterna lucha de las mujeres por conciliar su vida familiar y laboral.  No sé la de veces que le han echado en cara a Cristina Yang que no quiera tener hijos. La cuestión es que a ella sólo le apasiona su carrera; es lo primero en su vida. El hombre con el que se casó, se divorció de ella porque no quería tener hijos. Ella le dijo: no me gustan los niños. Él le amenazó con que algún día cambiaría de opinión y sería demasiado vieja como para tener descendencia  y que "lo normal" y lo que quieren todas es tener hijos. Esto me enfadó mucho. Se supone que ella es una mujer adulta capaz de decidir por si misma. Lo está diciendo bien clarito: no quiere. Y "lo normal" o "lo que todas hacen" no le interesa. Hay muchas mujeres así y la sociedad no tiene derecho a juzgarlas.
Pero lo que me colmó el vaso fue cuando se encuentra con una pareja anterior que le "deja caer" que ha encontrado a la mujer ideal porque es una cirujana que ha renunciado a su carrera para quedarse en casa cuidando de los niños y así apoya los sueños de él. PER-DO-NA?
Puede ser la sociedad más machista?
Pues esto es el amor romántico: agachar la cabeza, apoyar los sueños de tu pareja, decir que sí a todo, aguantar sin fin, que menosprecien tu carrera; quererles pase lo que pase. De pronto, no importa que te contesten mal, que te pidan dinero, que trabajes por los dos, que te critiquen o que dejen de esforzarse en la vida. Y ojo, que no les puedes dejar! Las mujeres que abandonan a estos pobres desvalidos a su suerte y no se sacrifican lo suficiente son MALAS, egoístas y unas brujas.
Cuando una mujer se sacude las cadenas por primera vez e intenta rebatir argumentos machistas de esta guisa, el patriarcado atacará con renovadas energías: no solo su pareja va a luchar, sino que hombres y mujeres alrededor le van a apoyar! "¿Cómo que vas a dejar a fulanito? Piénsalo bien, eh, nena, que ya estás cerca de los 30", o "pobrecito, con todo lo que él te quiere" o mi favorita "ay qué disgusto se va a llevar, tal vez vaya a hacer una locura!"
Menos dramas, por favor. Si de verdad se va a cortar las venas porque ya no estás con él, entonces es un argumento más que te da la razón: estabas en una relación desigual. Ninguna pareja ni romance debe alimentarse de la pena sino de la igualdad y de la libertad. Debes quererte a ti misma antes de tener pareja y tu pareja debe quererse a si mismo/a también.
Pensad que cortar una relación es siempre duro, pero pasada la necesaria etapa de duelo, os prometo que os sentiréis más libres.

lunes, 9 de marzo de 2015

Morgana y las feminazis

El otro día un compañero de trabajo, estando de guasa, me dice: "yo conocí a una chica que era un poco feminazi: siempre se estaba cabreando por cualquier cosa y le fastidiaba que no utilizáramos un lenguaje inclusivo y esas cosas". Yo le respondí secamente: "tal vez es que realmente le molestaban esas cosas y, por favor, no uses el término feminazi, que sólo contribuye a desprestigiar el feminismo". Tras esto, él dejó de reírse y cambió de tema. Supongo que en su cabeza se encendió un letrerito que ponía "cuidado! aquí tenemos a otra!"
Llevaba tiempo sin postear opiniones porque, sinceramente, a veces me canso de discutir. No sé si es falta de energía o de inspiración pero, es que hay tantas cosas que me encienden las alarmas, que a veces apago mi cerebro y dejo las cosas pasar: que 50 sombras de Grey es una peli recomendable para mujeres porque nos hace liberarnos sexualmente (Circe, o escribes tú o lo hago yo...), que el reggeton no es tan malo porque total nos estamos divirtiendo y para bailar está bien (a pesar de sus letras sexistas), que no me enfade cuando vea las noticias, que alguien que proyecta en servicios sociales ya tiene suficiente con pensar en los objetivos y los recursos sin pensar en el lenguaje inclusivo, que es un doble esfuerzo; que soy una EXAGERADA....
Exagerada, loca, feminazi... Es que ya nos vale, eh, chicas? No hemos tenido un dia con manifestaciones por la calle con peña vestida de morado? No hemos tenido cartelitos? no hemos recibido suficientes fotos y felicitaciones virales POR SER MUJERES? qué más queremos si ya tenemos un día, por favor?
Lo que queremos es conciencia crítica, porque cuando una mente aprende algo nuevo, cuando crece, ya no se vuelve a encoger.
Os explicaré por qué lo llevo tan dentro:
Hace algunos años aprendí braille gracias a una niña a la que tutelaba en un centro. También aprendí, de paso, a ver todos los escollos con los que ella tropezaba cada día. Tras esto vi la vida de otra manera: ahora no puedo entrar en un edificio sin fijarme si los letreros están en braille, o si hay rampa para sillas de ruedas en la entrada, o si hay señales auditivas. Me fijo en si las aceras son realmente accesibles o si las puertas son lo suficientemente anchas. Aprender esto cambió mi vida y mi forma de ver las cosas.
Con el feminismo me pasó igual: en 1º de carrera cogí una asignatura por pura casualidad; tenía el horario y la duración adecuada para encajarla en mi cuatrimestre. Era "genero y educación", impartida por Ana Iglesias.
Aquella profesora me despertó la curiosidad y la pasión para siempre. Cada día aprendo más desde entonces: y cada día me avergüenzo de cosas que yo solía pensar antes. Por eso a veces tampoco me enfado si alguien hace un comentario desafortunado: porque es debido al desconocimiento.
No me preocupa demasiado que alguien haga una "broma" por la aculturación en la que ha estado inmerso: es lo que ha mamado y piensa que está bien. Lo que me molesta es  que, una vez rebatido/a con argumentos, persista en defender esa idea.
Por eso hay que desarrollar la conciencia crítica y las ganas de saber más, el reconocer que estamos equivocados/as y el estar dispuestos y dispuestas a rectificar.
Y por eso os digo siempre: sed críticos y críticas