viernes, 7 de agosto de 2015

Morgana y por qué el feminismo no me deja divertirme.

Ayer me di cuenta de que no me gusta ninguna canción de moda. A mi no me gusta ni la mordidita, ni la sabrosura, ni que no pare la fiesta, ni eres mía MÍA MÍAAA...
Todos los días veo cómo acaban las relaciones (tóxicas) que se crean entre personas que glorifican y siguen estas canciones como su estilo de vida. Todos los días escucho historias de relaciones tormentosas de personas que primero de querían con locura y de pronto ella descubre que es una propiedad de su pareja, o que él anda detrás de otras mujeres, gente que sólo sabe salir de fiesta y no se molestan en desarrollar habilidades parentales... A mi, es que no me gusta ese rollo.
No me da la gana de ver pelis de machirulos que reproducen prejuicios y des-educan a la gente, no quiero escuchar canciones de babosos que se creen más chulos que un ocho, no quiero salir a sitios donde estén machistas, violentos ni homófobos, pero luego resulta que es que yo no sé divertirme.
Si la letra no tiene importancia, mujer! cómo te pones por nada! Tú sigue el ritmo, que piensas demasiado! Siempre estás con lo mismo...
Vamos bien, gente. Luego nos echamos las manos a la cabeza porque un controlador asqueroso y machista ha matado a palos a su señora. Por que no olvidemos que era SU mujer. Como la canción: eres mia mia miaaa.... Pero claro, con ese ritmillo de bachata queda todo taaaan romántico que cuela todo. Cuela hasta un camello por el ojo de una aguja!
Tú baila, tonta, que es que piensas demasiado

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