miércoles, 29 de enero de 2014

Morgana y el otro lado del espejo

Hace unos días, un hombre me conmovió con una frase:  "cada vez que veo este cartel de NO A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES pienso ¿y qué pasa con los hombres que sufrimos violencia?". Este es un caso de un hombre divorciado que vive aterrado porque su exmujer le denuncia periódicamente.
Otro hombre me dijo con los ojos abiertos de temor: "yo no tengo nada en contra de la madre de mis hijos, pero es que no sabéis cómo se pone. Yo soy un hombre...pero ella me da miedo".
Hay veces en que, cuando quieres hablar de feminismo y explicarle a la gente la diferencia entre violencia de género y violencia doméstica, algunas personas se ponen a la defensiva con argumentos del tipo:
-  "Yo creo que muchas de las denuncias puestas a hombres por maltrato son falsas, ya que hay muchas mujeres que lo que quieren es vengarse y sacarles el dinero...yo no digo que todas, eh, pero hay algunas que sí". - Bien, quiero que captéis el matiz de "algunas", "todas" o "un tanto%" porque lo que quieren decir realmente es que hay una minoría de mujeres que denuncia de verdad y que la mayoría somos unas vívoras.
- "¿Y qué pasa con los hombres maltratados a los que nadie cree, eh? tanta atención a las mujeres...yo creo que la Ley contra la violencia de género sólo beneficia a las mujeres ¿por qué no hacer una ley de violencia contra los hombres?"
Bueno, hay algo llamado "patriarcado" que es un concepto muy novedoso para describir algo que ha existido SIEMPRE. Digo novedoso porque muchos y muchas no entienden aún lo que es.
 A ver si logro explicarlo bien.
El patriarcado es una idea que todo el mundo conoce, todo el mundo aprende desde pequeñitos/as, es una idea que controla nuestras vidas y que toda la población entiende que es ley de vida, "lo natural" ,que las personas nacemos así y que no hay forma de cambiarlo ya que introducir ideas nuevas que critican el statu quo es de "raras y raros".
El patriarcado es lo que obliga a los chicos a ser fuertes y a las chicas, débiles, y es lo que nos dice que un hombre puede agredir a una mujer, pero no al revés. En resúmen, chicos, que el patriarcado también os fastidia a vosotros, negándoos la posibilidad de llorar si estáis tristes, quejaros si os duele algo o pedir ayuda si una mujer os manipula o agrede. Es un enemigo común y necesitáis el feminismo tanto como nosotras.
PERO OJO!! Aqui viene el meollo del patriarcado, no pestañeéis siquiera para no perderos detalle: la sexualización es la clave.
No os habéis fijado en que, cuando se menosprecia a una mujer, los insultos tienen connotaciones sexuales?
A una mujer se la desacredita llamándola puta y zorra. En un hombre, se le llamaría cerdo tal vez, o cabrón, que también son animales pero, qué curioso, los machos de cerdas y cabras no son promiscuos, no venden su cuerpo, no son libertinos... Sí, denuncian defectos, pero no se sexualiza al hombre: no es un objeto sexual al que someter y poseer.
Quiero que poséis vuestra mirada crítica en un anuncio de ropa o perfume: un hombre, aunque venda un objeto en calzoncillos (incluso los mismos calzoncillos) no espera ser conquistado: es un ganador, un depredador. Los anuncios de productos masculinos les venden que serán conquistadores. Los anuncios que captan el público femenino les venden que serán conquistadas.
Mirad otro ejemplo aún más obvio: ¿en qué novela clásica, película o documento histórico nos dice que "es normal, es natural o es esperable" que en la guerra, una mujer viole a un hombre?. Un hombre viola a otro hombre o a una mujer con un mismo propósito: dominar y someter.
He aquí el quid de la violencia de género que lo hace tan alarmante y tan diferente. Una mujer puede ser una agresora, puede dar miedo a un hombre, puede manipularle, engañarle, atacar a su autoestima, y, en definitiva, convertir su vida en un infierno. Pero no se da el caso de que lo doblegue con frases del tipo: "quítate ese pantalón, que vas marcando el culo y pareces un puto" "ese merece que le violen, mira como va" "vas provocando" o incluso "tu pene es mio y solo mio".  ¿A que podéis imaginar esos insultos dirigidos hacia una mujer? ¿A que es normal oirlo?
 En la plaza Tahrir, en plena manifestación y al borde de la guerra civil, no violaron a hombres para hacer que tuvieran miedo y que no salieran de su casa reclamando derechos. Otros hombres les dispararon y les pegaron, y no quiero que nadie piense que a mi me dan igual los golpes y las balas, pero quiero que veáis la diferencia.
Por eso quiero apoyar a los hombres que reciben malos tratos, que tienen miedo de sus exparejas y que sienten que no pueden denunciar porque nadie les va a creer. Es cierto, son víctimas también del patriarcado, que les impide defenderse porque, para el machismo, esa situación no existe ya que los hombres son los que mandan, son fuertes y no lloran.
Y por eso también he escrito esta entrada, para aclarar una vez más la diferencia entre violencia de género y violencia doméstica. No quiero que se ponga en entredicho la ley de protección a las víctimas de la violencia machista con argumentos que ignoran la gravedad de la violencia doméstica sólo porque no sale tanto en televisión... pero tened en cuenta siempre al enemigo común: el patriarcado que anula la capacidad de decidir de hombres y mujeres.