lunes, 4 de agosto de 2014

Morgana y la obsesión por la imagen

Mucha gente sabe que no me gusta ir de compras. Los espejos de los probadores hacen que veas tu culo gigantesco y, tu piel, blanca y gelatinosa. Me veo rara hasta con la ropa que traía puesta.
Cuando busco tallas de pantalón, me asombra ver que las tallas empiezan en la 30 o 32 y terminan, casi, en la 42. Encontrar una 44 o una 46 a veces es difícil. Se vende la idea de que lo esperable es que la gente use tallas pequeñas. La media entre 30 y 42 es 36. ¿Es la media esperable en las mujeres? ¿la mayoría de mujeres usa esa talla? ¿Qué mujeres usan esa talla? ¿Qué edad tienen?.
Las tiendas de ropa; Mango, Zara, Oisho, Springfield.... hacen difícil que te encuentres a gusto con una talla 42.
¿Cómo son los maniquíes? ¿qué edades tienen los modelos de los anuncios? ¿en qué contextos aparecen?
La industria de la moda vende la idea de que has de ser joven y delgada, estás de vacaciones permanentemente y vas a discotecas o a campings.
 Las mujeres de 40 años no usan pantalones vaqueros. Las mujeres de 80kg no usan ropa moderna y bonita. Si pasas de la 44, te relegan a ese espacio apartado y con un cartel que te delata como apestada: la tienda de "tallas grandes".
Esta reflexión viene a que, desde que me mudé de ciudad, he engordado unos Kg y he subido una talla de pantalón. Al principio, me enfadé y me deprimí. Me resistía a dejar de lado mis viejos pantalones de talla 38. La ropa que me había traído en la maleta ya no me cabía. Fue frustrante.
Tras mucho mirarme en el espejo y mucho criticarme, tras leer blogs y noticias online, me he puesto crítica. Creo que lo que me ha dado el "empujoncito" es escuchar a una mujer que conozco y que tiene un trastorno de anorexia. Está tan delgada que sus muslos son tan delgados como mis brazos.
 Dijo: "colgué unas fotos mias en facebook y mis amigas me echaron muchas flores, todas me decían que tenía tipazo!".
Eso me hizo pensar. No nos ponemos límite: nunca estamos satisfechas. Los anuncios no dejan que nos veamos nunca bien. La que está delgada, se queja de la celulitis; las que tienen una cara preciosa, se quejan de su trasero y todas necesitamos siempre más y más cosas: para el pelo, las uñas, la piel, los dientes... Nunca termina. Nos prohíben cambiar, engordar o envejecer. Debemos ser adolescentes flacas eternamente.

Kaz Cooke escribió en un libro suyo: los muslos de las mujeres tienden a ser redondos y gorditos. Si estuvieran delgados por naturaleza, alguien sin duda los describiría como flacos y desagradables y nos ofrecería una crema para hacerlos más torneados, beneficiándose así de la venta.
¿Qué me ha hecho sentir mejor? Busqué pantalones de una talla mayor y me puse a pensar en famosas que, sin duda, estaban más guapas antes de volverse locas por la delgadez.
A ver si estáis de acuerdo: Angelina Jolie estaba mucho más guapa en la película "Gia" o, incluso, en "Tomb Rider", que ahora, que va luciendo esternón.
Anne Hatawey estaba muy guapa y natural en "Princesa por sorpresa", pero no me hizo gracia en "El diablo viste de prada" donde, además de haber adelgazado más, se la criticaba porque usaba una talla 38 y eso, en el mundo de las modelos, era una talla de gordas.
Natalie Portman estaba más guapa antes de ser el "Cisne negro". En "A cualquier otro lugar" estaba más normal.
Keyra Nightley tenía mejor aspecto en "Piratas del Caribe" que ahora.
Estas son mis reflexiones: las chicas que ya eran guapas antes, de pronto, se les exige más. Las caras agradables se estiran, la piel se vuelve tirante y los codos se les ponen huesudos. Nos venden la idea de que la talla 30 es, no solo aceptable, sino deseable y, encima, nos tenemos que creer que una mujer así es un "tipazo" y que las demás  somos raras.
Procurad no amargaros mucho. La lucha contra la imagen es eterna. Aunque seamos inteligentes y queramos ser críticas, es necesario luchar contra la publicidad todos los días. Sed fuertes y reíros un poco más.