viernes, 18 de abril de 2014

Morgana y los eufemismos

Esta semana me he entrevistado con un hombre separado de su mujer. Ella le denunció por maltrato psicológico y pidió una orden de alejamiento.
Cuando la conocí a ella, estaba asustada y preocupada. Ella me decía que no lograba hacerle entender que no quería que se le acercara por la calle y, mucho menos, que la esperara en el portal de su casa. También capté un discurso lleno de justificaciones. Lo típico; "él no es malo, es que bebe mucho" o "me separé porque no quería que mis hijos nos vieran discutir"
"Discutir" es un eufemismo como la copa de un pino. Él llega a casa borracho y le llama de todo menos bonita. Ella lo llama "discutir" cuando las demás lo llamaríamos maltrato brutal.
¿Sabéis cómo lo llama él? "Un pequeño problema que sucedió sólo una vez y que pasó hace mucho tiempo". Asimismo dijo "eso ya es agua pasada, yo sólo quiero volver a mi casa".
Bueno, os aseguro que es difícil poner cara de poker cuando oyes estas cosas.
Ella lo minimiza porque tiene un miedo de muerte. Piensa que es mejor no decir cosas malas de él, es mejor no denunciar, es mejor no "chivarse" porque él se va a enterar y va a buscar venganza. Piensa que no importa si le denuncia o no porque la policía no podrá hacer nada si él decide atacarla. Lo ve como algo irremediable. Le ve a él como alguien poderoso, alguien que no puede ser detenido, alguien que, aunque no queramos, está por encima de la ley.
Me lo describió como violento, de voz gruesa, que da empujones, que grita mucho. "Cuidado con él!" me decía. Yo me iba a entrevistar con él otro día. En mi cabeza, ya era como un gigante. Imaginaréis mi sorpresa cuando veo a un hombre delgaducho y una cabeza más bajo que yo. "Pues vaya..." pensé.
Para mi, que no he tenido que vivir con él, era un pusilánime. Para ella, era una bestia.
Este hombre, como ya dije, no captaba la gravedad del problema. No es que se justificara, es que negaba de todo punto que hubiera ocurrido como ella decía. Insultar a tu mujer es un problemilla sin importancia, es algo muy pequeño y muy lejano, "lo juro, no volverá a ocurrir, señorita, yo sólo quiero una segunda oportunidad". Conmigo hasta fue amable, eh. Claro, de mi quiere algo y le compensa ser majo. Quiere que interceda por él. Quiere que haga que SU mujer (porque no olvidemos que él la considera de su propiedad) vuelva con él. Quiere volver a SU casa. Quiere que todas y todos olvidemos lo que ha hecho y que le demos tan poca importancia como le da él.
Yo tengo una hipótesis: los maltratadores no se ven como tal.
Los hombres que maltratan a sus parejas describen tal situación como "problemillas puntuales". Eso es porque los maltratadores son los otros: esos que salen por televisión; ellos nunca harían eso, no señorita, ellos quieren mucho a SU mujer, es sólo que han pasado por una mala racha y ellas decidieron llevarles la contraria...pero eso no volverá a pasar, ellos son buenos tipos que han cometido un error.
No conozco a un sólo hombre que venga remitido por el juzgado de violencia que diga "sí, yo le pegué" o "sí, entiendo que se haya divorciado de mi". Ellos siempre se describen a si mismos como víctimas. Se justifican, lo minimizan, lo disfrazan o directamente lo niegan.
Opino que, mientras sigan ignorando deliberadamente la realidad, estos hombre se pasarán la campaña de "violencia cero" por los cataplines. Es el deber de el resto de personas tener los ojos el doble de abiertos.
Sed críticos/as y no minimicéis.