martes, 16 de abril de 2013

Morgana. ¿A quién le importa?

He estado reflexionando sobre algo.
No es que acabe de sufrir una epifanía, es que he terminado de madurar una idea.
Es sobre las mujeres machistas. El machismo es muy sutil hoy en día: nadie te va a decir que tu lugar está en la cocina o pariendo hijos porque todo el mundo le abuchearía, pero sí que hay cadenas invisibles que reforzamos nosotras mismas sin querer.
Todos conocemos la polémica del burka: anula a la mujer y los gobiernos de países occidentales prohíben que los lleven en público. Hay quien piensa que ellas deciden llevarlo y que prohibírselo es una forma de dominación también; otros, que la mujer no tiene verdadero permiso moral para decidir si lo lleva o no y que, si el gobierno decide por ellas, no se tendrán que enfrentar a sus maridos; otros, que es una forma de expresar fe y no tiene nada que ver con la moda...
En occidente nos jactamos de poder vestir como queramos. Una chica puede llevar falda o mini shorts por la calle porque, eh! este es un país libre. ¿De verdad? ¿O es uno de los famosos "caramelitos" que nos tiran de vez en cuando para que estemos contentas?
Para empezar, habréis notado que las modas tienden a acortar la ropa progresivamente, pero también me refiero a que nos acostumbramos a ello. Me explico: a principios del siglo XX, enseñar un tobillo era la pera limonera,  pero, con los años, eso ya no tenía importancia y pasamos a considerar las rodillas como algo muy erótico; cuando la sociedad se acostumbró, subimos un poco más la falda... ¿me seguís?
Sabéis por qué las mujeres empezamos a enseñar más las piernas? Porque estábamos conquistando ese derecho.
A medida que las mujeres conquistaban nuevos ámbitos diferentes al doméstico, empezaban a adelgazar (porque estar gorda estaba asociado a la idea de matrona que tiene muchos hijos), a usar pantalones y a ponerse ropa cada vez más ligera. ¿Por qué? Porque nosotras lo valemos! Claro que sí! Umm...pero hay una pega: siempre están las que son desestimadas (sexualmente hablando) por los hombres por vestir de forma poco atractiva (y con esto no me estoy refiriendo a la chica gamer con pantalones de paracaidista y camisetas de Final Fantasy ajustadas que habla de manga, que no lleva vestidos pero que es sexy igualmente; sino a las que se visten para ocultar su cuerpo y se peinan para ocultar su cara) y las mujeres que son desprestigiadas por, normalmente, otras mujeres, pero también por algunos hombres, por ir muy exuberantes.
El caso es que hemos saltado de la sartén para caer en el cazo: Si no te gusta llamar la atención y vas sin maquillar (no digo q vayas como un adefesio), es que no te estás esforzando lo suficiente por gustar; si te gusta ser provocativa y te sientes liberada llevando una minifalda, es que menuda fresca eres.
Claro que hay chicas que van divinas con unos vaqueros, van monas y cuidadas sin caer en la vulgaridad ni en la dejadez; pero yo estoy hablando de los extremos ahora mismo.
A donde yo quiero llegar es al juicio social por ser de una manera o de otra, porque, a fin de cuentas, estamos valorando ese aspecto para bien y para mal. Cuando aplaudimos a una chica por su buen gusto, equilibrado y poco ostentoso, estamos juzgando para bien; cuando censuramos a alguna que se cuida poco o que va enseñando más carne de la que consideramos oportuna, estamos juzgando para mal.
Somos nosotras las que opinamos sobre otras mujeres que vemos por la calle.
He vivido una situación hace poco de una compañera de trabajo que opinaba sobre otra mujer (cuando esta no le oía, por supuesto) y decía: "a dónde se cree que va con esa falda tan corta? no es apropiada para ir a trabajar". Yo le dije que este es un país libre y que cada cual va como le da la gana, pero lo que me gustaría haberle gritado es: "te importa?! ¿es que influye para algo en tu vida? ¿por qué te afecta que lleve una falda?"
Y es que, definitivamente, cuando decidimos cada mañana lo que nos vamos a poner ¿hasta qué punto la decisión es nuestra? ¿hasta qué punto tememos ser juzgados? ¿hasta qué punto queremos impresionar a alguien o mostrar rebeldía llevando la falda más corta del mundo?
Como dijo Wilde: "tenemos cadenas aunque no las veamos y somos esclavos aunque digan que somos libres"

No hay comentarios:

Publicar un comentario