lunes, 9 de marzo de 2015

Morgana y las feminazis

El otro día un compañero de trabajo, estando de guasa, me dice: "yo conocí a una chica que era un poco feminazi: siempre se estaba cabreando por cualquier cosa y le fastidiaba que no utilizáramos un lenguaje inclusivo y esas cosas". Yo le respondí secamente: "tal vez es que realmente le molestaban esas cosas y, por favor, no uses el término feminazi, que sólo contribuye a desprestigiar el feminismo". Tras esto, él dejó de reírse y cambió de tema. Supongo que en su cabeza se encendió un letrerito que ponía "cuidado! aquí tenemos a otra!"
Llevaba tiempo sin postear opiniones porque, sinceramente, a veces me canso de discutir. No sé si es falta de energía o de inspiración pero, es que hay tantas cosas que me encienden las alarmas, que a veces apago mi cerebro y dejo las cosas pasar: que 50 sombras de Grey es una peli recomendable para mujeres porque nos hace liberarnos sexualmente (Circe, o escribes tú o lo hago yo...), que el reggeton no es tan malo porque total nos estamos divirtiendo y para bailar está bien (a pesar de sus letras sexistas), que no me enfade cuando vea las noticias, que alguien que proyecta en servicios sociales ya tiene suficiente con pensar en los objetivos y los recursos sin pensar en el lenguaje inclusivo, que es un doble esfuerzo; que soy una EXAGERADA....
Exagerada, loca, feminazi... Es que ya nos vale, eh, chicas? No hemos tenido un dia con manifestaciones por la calle con peña vestida de morado? No hemos tenido cartelitos? no hemos recibido suficientes fotos y felicitaciones virales POR SER MUJERES? qué más queremos si ya tenemos un día, por favor?
Lo que queremos es conciencia crítica, porque cuando una mente aprende algo nuevo, cuando crece, ya no se vuelve a encoger.
Os explicaré por qué lo llevo tan dentro:
Hace algunos años aprendí braille gracias a una niña a la que tutelaba en un centro. También aprendí, de paso, a ver todos los escollos con los que ella tropezaba cada día. Tras esto vi la vida de otra manera: ahora no puedo entrar en un edificio sin fijarme si los letreros están en braille, o si hay rampa para sillas de ruedas en la entrada, o si hay señales auditivas. Me fijo en si las aceras son realmente accesibles o si las puertas son lo suficientemente anchas. Aprender esto cambió mi vida y mi forma de ver las cosas.
Con el feminismo me pasó igual: en 1º de carrera cogí una asignatura por pura casualidad; tenía el horario y la duración adecuada para encajarla en mi cuatrimestre. Era "genero y educación", impartida por Ana Iglesias.
Aquella profesora me despertó la curiosidad y la pasión para siempre. Cada día aprendo más desde entonces: y cada día me avergüenzo de cosas que yo solía pensar antes. Por eso a veces tampoco me enfado si alguien hace un comentario desafortunado: porque es debido al desconocimiento.
No me preocupa demasiado que alguien haga una "broma" por la aculturación en la que ha estado inmerso: es lo que ha mamado y piensa que está bien. Lo que me molesta es  que, una vez rebatido/a con argumentos, persista en defender esa idea.
Por eso hay que desarrollar la conciencia crítica y las ganas de saber más, el reconocer que estamos equivocados/as y el estar dispuestos y dispuestas a rectificar.
Y por eso os digo siempre: sed críticos y críticas

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